What happens is always so far ahead from us, that we can never catch up with it and know its true appearance.
De la película W imie, de Malgorzata Szumowska
What happens is always so far ahead from us, that we can never catch up with it and know its true appearance. De la película W imie de Malgorzata Szumowska
En el mes de febrero de 2013, fui invitada por segunda vez por el Servicio Alemán de Intercambio Académico a realizar un proyecto documental. Mi primera experiencia en Alemania como becaria había sido entre los años 2006 y 2007. En ese momento me focalicé en todas aquellas personas que, al igual que yo, eran extranjeras; eso derivó en una serie de retratos fotográficos. Las migraciones me interesan; estar en un lugar extraño, sentirse extranjero. En aquella oportunidad, recuerdo que les había preguntado a todos qué habían ido a buscar a Alemania. Esta vez, cinco años más tarde y con una distancia considerable de aquellos años de estudiante, decidí hacer algo similar, pero solo con becarios argentinos. Esto me permitiría retomar el tema de las migraciones, hacerme preguntas sobre el presente de mi país y encontrarme con parte de la historia de Occidente en Alemania. Viajar para narrar con mi cámara de fotos, con el dibujo y la escritura como si fuesen herramientas de lucha para dar significado a la experiencia y aumentar la intimidad con ella –como diría John Berger.
Cada encuentro incluiría fotografías del lugar de trabajo, un retrato, una entrevista con seis preguntas y el pedido de que me enviase una postal a Buenos Aires, en la que el becario o la becaria dejaría por escrito algo relacionado con su experiencia de viaje. Luego, yo escribiría un relato del encuentro.
En este viaje, recorrí seis ciudades. Aterricé en Berlín, donde me encontré con Clara, una socióloga a punto de terminar su doctorado, y con Julia, una artista que trabaja con su historia personal. Luego llegué a Braunschweig –una ciudad que quedaba a una hora de Berlín–, donde me reuní con tres estudiantes de Ingeniería, y desde ahí seguí viaje a Karlsruhe. Allí conocí a Mariela, que estaba haciendo su doctorado en Física, y a otros tres estudiantes de Ingeniería, Juan, Manuel y Maxi. El próximo destino fue Jena, desde donde fui a Weimar y volví en el mismo día. En Jena vivía Damián, que tenía una beca para hacer su doctorado en Filosofía; y en Weimar, Carlos, que se encontraba realizando parte de su doctorado en Arquitectura. Desde Jena tomé un tren hacia Rostock, donde me esperaba nuevamente Clara, la socióloga con la que había estado en Berlín. Volví a Berlín y, allí, pude entrevistar a una pareja, Alejandro y Lucía –ella, llevando a cabo su doctorado en Filosofía y él, en Geología.
Mi interés se centró en este grupo de personas que eligieron autoexiliarse. Quería preguntarles a estos viajeros acerca de sus deseos y sus miedos; percibir la idea que ellos tenían del pasado, del presente y del futuro era algo que me atraía. En definitiva, ellos serían mis guías en este viaje.
Ressemblance
What happens is always so far ahead from us, that we can never catch up with it and know its true appearance.
Aus dem Film W imię… von Małgorzata Szumowska
Im Februar 2013 erhielt ich zum zweiten Mal eine Einladung vom DAAD (Deutscher Akademischer Austauschdienst). Mein Vorhaben war, das Leben von Stipendiatinnen und Stipendiaten in Deutschland zu dokumentieren. Meine erste Erfahrung mit diesem Thema lag einige Jahre zurück: Von 2006 bis 2007 galt meine Aufmerksamkeit Menschen, die sich wie ich selbst als Ausländer in Deutschland aufhielten. Das Ergebnis war eine Serie von fotografischen Porträts. Migrationsbewegungen interessieren mich: An einem fremden Ort sein, sich als Ausländer fühlen. Damals stellte ich allen die Frage, wonach sie in Deutschland gesucht hatten. Dieses Mal – fünf Jahre später, aus einer beträchtlichen Distanz zu diesen Jahren des Studiums – wollte ich etwas Ähnliches unternehmen, doch nur mit argentinischen Stipendiaten. Das sollte mir Möglichkeiten eröffnen, das Thema Migration wieder aufzugreifen, mir Fragen zur aktuellen Lage in meinem Land zu stellen und mich in Deutschland mit einem Teil der Geschichte des Westens auseinanderzusetzen. Ich wollte reisen, um mit meiner Fotokamera, mit dem Zeichnen und dem Schreiben zu erzählen, als wären es Kampfinstrumente, mittels derer man die Erfahrung mit Bedeutung aufladen und, wie John Berger sagen würde, die Intimität mit ihr vertiefen kann.
Jede Begegnung sollte in Fotos vom Arbeitsort, einem Porträt und einem Interview dokumentiert werden, in dem sechs Fragen zu beantworten waren. Außerdem waren die Stipendiatin bzw. der Stipendiat gebeten, mir eine Postkarte nach Buenos Aires zu schicken, auf der sie etwas Schriftliches zu der Erfahrung ihrer Reise festhielten. Später wollte ich die Begegnungen selbst in kurzen Texten aufzeichnen.
Stationen dieser Reise waren sechs Städte: Mein Flugzeug landete in Berlin, wo ich mich mit Clara und Julia traf. Clara ist eine Soziologin, die kurz vor dem Abschluss ihrer Doktorarbeit stand, und Julia arbeitete als Künstlerin über ihre eigene Geschichte. Die nächste Stadt, nicht weit von Berlin gelegen, war Braunschweig. Dort traf ich mich mit drei Ingenieurstudenten, dann fuhr ich weiter nach Karlsruhe, wo ich Mariela kennenlernte. Sie arbeitete an ihrer Dissertation in Physik. Außerdem hatte ich dort Begegnungen mit drei weiteren Ingenieurstudenten: Juan, Manuel und Maxi. Das nächste Ziel war Jena, von dort fuhr ich nach Weimar und kehrte noch am selben Tag nach Jena zurück, wo ich Damián traf, der an seiner Promotion in Philosophie arbeitete. In Weimar lernte ich Carlos kennen, der dort einen Teil seiner Doktorarbeit in Architektur schrieb. Von Jena nahm ich dann den Zug nach Rostock. Dort traf ich wieder mit Clara zusammen, der Soziologin, die ich schon in Berlin gesehen hatte. Dann fuhr ich wieder nach Berlin zurück, wo ich ein Gespräch mit einem Paar führen wollte: Mit Lucía, die ihre Doktorarbeit in Philosophie schrieb, und Alejandro, der in Geologie promovierte.
Mein Interesse konzentrierte sich auf diese Gruppe von Menschen, die sich für ein freiwilliges Exil entschieden hatte. Es reizte mich, nach ihren Wünschen und Ängsten zu fragen, etwas von den Vorstellungen wahrzunehmen, welche diese Reisenden von der Vergangenheit, der Gegenwart und der Zukunft hatten. Sie sollten schließlich meine Reiseführer werden.
Übersetzung: Uwe Schoor
Hola Jimena, tu post me hizo recordar situaciones propias allá en Alemania, también como becario del DAAD. Me gusta tu caracterización: ‘autoexiliados’. Así me sentía yo mismo. Sólo estuve 3 meses, y al regresar me costó (y me cuesta) habitar nuevamente mi casa; me sentía extranjero también allí. De modo que ahora soy un siempre-extranjero, esté donde esté. Me hubiera gustado ver aquí mi propio rostro, ver cómo lucía emanando exilio. Quizá todavía luzca igual. Un abrazo.
Gracias Agustín, sí, también me gusta lo del siempre-extranjero, esa sensación permanece ahí.